A punto de cumplir 2 años


La realidad de una madre con un hijo que va a cumplir 2 años.

Digo que es la realidad de una madre porque soy yo la que escribo, pero esto lo hemos pasado como pareja y como familia, porque todos formamos parte del crecimiento de nuestros hijos.

Hace dos años nació nuestro precioso hijo Lluc, en la semana 42 y con 4,5kg al nacer, pensábamos que no llegaba nunca, y yo pensaba que tenía un alien dentro de mí de lo mucho que se movía, nunca he visto cosa igual (hay algún video de esto en FB), pero ese era solo el aviso de lo que estaba por llegar, un niño movido, llorón y con un carácter tremendo. Suena un poco mal, lo sé, pero es la realidad, no puedo ocultar lo que es, también puedo decir que es un niño risueño, juguetón, seguro de sí mismo y con las ideas muy claras, le irá bien en la vida, pero mientras tanto, ha sido (y es) un camino algo complicado.
Lluc imitando a su hermana

Han sido dos años muy difíciles para mí, en estos años han pasado muchas cosas en mi vida y alrededor, mi padre falleció de manera inesperada, poco después vi como personas que quería desaparecían de mi vida, y muchas otras cosas que no hace falta explicar. Con esto quiero decir que el día a día que ya tiene muchas cosas de por sí, juntadas con un bebé que no duerme ni deja dormir, hace que estés agotado en todos los sentidos, hemos estado recluidos de la “vida social” durante todo este tiempo, reconozco que nos hemos alejado de muchas cosas y personas, pido perdón a aquellos que hayan sentido este alejamiento, las circunstancias han sido así y hemos tratado de gestionarlo lo mejor posible.

Lluc va a cumplir 2 años en breve y siento que hemos avanzado bastante, duerme mejor y poco a poco vamos llegando a entendimientos, comienza a hablar más y eso facilita las cosas mucho.

Nuestro hijo es totalmente normal, no tiene ningún problema “extraordinario”, por alguna razón que desconocemos ha tenido (y a veces aún tiene) ciclos de sueño muy malos, seguro que muchos de vosotros habéis pasado por lo mismo, el agotamiento físico de no dormir sumado con el psicológico de llevar la carga que supone el criar a un hijo no siempre es un camino de rosas.

Las noches en vela, escuchando a tu hijo llorar, patalear, gritar, pegar y hasta darse cabezazos no es bonito y nada agradable, pero es verdad que son etapas; es la peor frase que puedes decirle a alguien cuando pasa por momentos así, pero es la realidad, son etapas.

Ánimo a todas esas madres y a esos padres que pasan por situaciones que son cotidianas pero que a veces se hacen cuesta arriba…son etapas.

KMF


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